sábado, 28 de abril de 2012

Estado de desánimo


Los actuales cambios que se están produciendo en la economía, en la sociedad, en la política y en la cultura, sin duda nos abren nuevos desafíos a los que enfrentarnos. Basta comparar la cesta de la compra de una familia de los años 60, con una familia actual, para darnos cuenta, de que gran parte de los productos y servicios, que ahora forman parte de nuestro hábitat cotidiano (ordenador personal, teléfono móvil, mando a distancia, Internet, GPS,etc..) no sólo no existían entonces, sino que ni siquiera podían atisbarse. Ante esto, es necesario mirar el retrovisor para darnos cuenta que este país ha avanzado mucho en apenas 35 años, fruto del esfuerzo de una sociedad con ganas de cambiar y de progresar. 

Ahora bien, la actualidad nos muestra un futuro poco alentador. Que estamos en medio de una crisis es algo asumido, pero cierto es, que tampoco es la única crisis, ni será la única para darnos cuenta que este país no se está adecuando correctamente a los cambios globales que se están produciendo.

Y es que se percibe un desánimo general de una sociedad impotente ante los cambios que se están produciendo. Más aún cuando aquellos que deben liderar el futuro del país, no dan respuestas certeras a lo que realmente se necesita.

Si observamos las actuaciones que en tan pocos meses se están realizando desde el nuevo Gobierno de España, sólo hay que destacar tres errores de bulto, que están hipotecando el crecimiento a largo plazo y el desarrollo del país:
  1. Se reduce la inversión en la mejora del trabajo, es decir, en la educación, y en la mejora del capital, o en otras palabras, en la tecnología. Factores fundamentales para crear progreso.
  2. Los servicios sociales y la promoción social sufren recortes en los presupuestos, con lo que afectará en mayor medida aquellas personas más desfavorecidas.
  3. Y a su vez se implementa una amnistía fiscal a las grandes fortunas defraudadoras, mientras se suben los impuestos a los contribuyentes que cumplen. 
Esto lleva a la conclusión de que el desaliento generalizado de la sociedad tiene causas suficientes para que se aumente. Ahora bien, en algún momento, la sociedad se dará cuenta de que quienes hace unos meses ofrecían credibilidad, ahora nos han engañado.


Escrito por Yolanda Vicente  yvicentegonzalez@gmail.com

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