domingo, 9 de diciembre de 2012

PSOE, tú antes molabas


Otan de entrada no
5 de julio de 1985, la España recién salida de la transición, la que se recuerda en imágenes televisadas de baja calidad, aprueba la ley que despenaliza el aborto en función de una serie de supuestos a propuesta del PSOE.

25 años después, el 5 de julio otra vez, entra el vigor la ley de interrupción voluntaria del embarazo. La propone el PSOE.

OTAN SíAño 1986, 12 de marzo. Ese día se votaba un referéndum en España para ver si permanecíamos en la OTAN o no. Lo propone el gobierno del PSOE. La pregunta en concreto era: "¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?". Ganó el Sí con un 52,5%.


3 de julio de 2005: Entra en vigor la ley que regula el matrimonio entre personas del mismo sexo. La ley fue propuesta por el gobierno del PSOE.

30 de noviembre de 2006: Se aprueba en el Congreso de los Diputados la ley de Dependencia, o como se debería llamar, la ley de autonomía personal, que pretende beneficiar a los 2 millones de ciudadanos españoles que tiene algún grado de dependencia.

Y no hay que olvidarse de la implementación de la sanidad pública (no fue Franco, no), de la posición ante el divorcio, de la educación para todos hasta la universidad, de las pensiones, de la europeización de España... ¿Qué queda de esa actitud del PSOE que le hacía ser vanguardia en lo político y en lo social?

¿Qué pasó en el PSOE desde que estalló la crisis?

A lo largo de los años se han ido asumiendo dos premisas:
  1. que el PSOE es un partido con vocación de gobierno y
  2. que las elecciones se ganan en el centro político.
Pero ambas dos premisas ya no son válidas: por una lado, el PSOE tiene la menor representación institucional de la historia; y por otro lado la derecha arrasa con un discurso populista (véase Galicia, Valencia, Madrid, Euskadi, Cataluña, etcétera, etcétera).

Con esas premisas invalidadas es donde entra la "reflexión profunda" que se ha proclamado desde todas las ejecutivas socialistas que se han dado un batacazo.

¿Y ahora qué?

Sin lugar a dudas, es hora de debatir a calzón quitado, empezando desde cero, sin vergüenzas ni complejos, y sacar adelante cuanto antes las decisiones que salgan de ese debate. No es una refundación, ni una pelea de gallos, ni un funeral con camisas rasgadas y lágrimas de cocodrilo. Pero sí es necesario determinar cómo convertimos al PSOE en un partido útil para toda la sociedad. No me refiero sólo a los mecanismos que permitan a la sociedad participar en el Partido (modelo de Partido), sino también qué políticas propone el Partido.

Lo digo porque la socialdemocracia ha sido cómplice de la situación actual, de esta estafa que estamos viviendo. Me refiero a la socialdemocracia europea en general y al PSOE en particular. Me temo que hay que decirlo así como suena; y me importa poco si esa complicidad se debe en mayor medida a la acción o a la omisión. Es triste reconocer que hasta hace pocos años reíamos las gracias negábamos la crisis y minimizábamos los recortes de Zapatero. Llegamos a argumentar que todo eso era necesario: al fin y al cabo "el sistema es así", decíamos (como dice la derecha ahora); y todos acabamos mirando para otro lado.

Por ejemplo, nos decían que había que privatizar compañías eléctricas, y tragamos. Que había que reformar la universidad, y lo hicimos. Incluso nos creímos desde el principio que para mejorar la educación pública, teníamos que inventarnos la educación concertada. Que había que abrir el comercio en festivos para fomentar el turismo y lo apoyamos; hasta queríamos entrar en el consejo de los cajasbancos aunque estos perdieran la obra social... Por no hablar de apoyar los presupuestos de las instituciones que gobernaba la derecha, por responsabilidad... ¡Joder, se me atraganta tanta responsabilidad! En fin, mejor no sigo porque hay mil ejemplos.

Los socialistas nos acabamos creyendo que el "laissez faire", ese que parecía que no iba con nosotros, el de la globalización, el que iba poco a poco, al que sólo se le oponían los perroflautas antisistema, era bueno y sobre todo necesario. Todo iba bien: el españolito medio miraba hacia arriba y se creía que podía llegar a ser alguien porque se iba de vacaciones (al menos una vez al año), tenía un coche, dos televisores, un ordenador y salía a cenar todos los sábados que le daba la gana. En definitiva había asimilado el ocio con el consumo. Y el problema era precisamente ese: que dejamos de ver obreros, para pasar a ver consumidores. Pasamos de preocuparnos de los currelas a preocuparnos por los que "generan empleo", es decir, los grandes empresarios y otras élites que se escapan del control democrático.

Y cuando lo malo del sistema se nos ha venido encima, estamos en fuera de juego. Porque el sistema con el que hemos querido jugar, es así. No hay ni trampa ni cartón. No hay más... Pero la pregunta es: ¿Nos atrevemos a cambiarlo? Si no nos atrevemos, nunca dejarán de vernos así:
Trazas de socialismo en el PSOE
(Fuente: Público.es)
¡Normal que cada vez seamos más los que nos declaramos en rebeldía respecto de este sistema!

En fin... esto no es un mea culpa (aunque estoy convencido que hay que enmendar), ni una llamada al marxismo que abandonamos los socialistas el año 74 en Suresnes, ni  a la reformulación de terceras vías de distinto pelaje... Pero hay mucho que debatir para volver a ser vanguardia.

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