En mi última entrada de mi blog
terminaba preguntando si la Unión Europea (UE) daría dinero a España para
salvar a sus bancos. El mismo día se conoció el acuerdo entre el comisario de Política Regional,
Johannes Hahn y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, “para acelerar el pago de 939 millones de
euros del fondo de cohesión a proyectos de transporte e infraestructuras que ya
se han completado pero todavía están pendientes de recibir las ayudas europeas”.
(Cinco Días, 21-5-2012, noticia)
¿Qué sucederá con la banca?
Lo que sabemos es que las pérdidas de los bancos españoles “oscilan entre los 218 mil millones y 260
mil millones de euros, más que el aprovisionamiento que preveía el Instituto de
Finanzas Internacionales”. (The Wall
Street Journal, 21-5-2012, noticia)
Ayer mismo el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, descartó solicitar ayuda al fondo de rescate de la UE para sanear la
banca española, al considerar que el sector financiero español "no está en tela de juicio". (Europa Press, 23-5-2012, noticia)
Den o no den dinero, lo que es un hecho es que de seguir con
esta política de anorexia económica todos seguiremos perdiendo derechos y
conquistas. Todos perderemos Estado de Bienestar. Una de las claves “de las políticas de austeridad impuestas
por la administración Merkel a los países periféricos y a sus gobiernos es
forzarles a que paguen lo que deben a los bancos alemanes”. (Vicenç Navarro, Público, 17-5-2012, noticia)
“Ahora solo queda
saber lo que ocurrirá tras la auditoría solicitada y que, como todas,
proporcionará resultados “por encargo”. Solicitar una evaluación objetiva a
Oliver Wyman (que se “equivocó” cuando auditó a los bancos irlandeses
considerándolos ejemplares poco antes de que tuvieran que ser nacionalizados, o
que fue una de las garantes de los derivados de las hipotecas subprime
como productos muy seguros) es como es como pedir auxilio en el naufragio
a quien no sabe nadar”. (Juan Torres López, Público, 22-2-2012, noticia)
¿De qué servirá que se preste dinero a los bancos? ¿Sería esto una
salvación o una mayor condena para los ciudadanos?
Todo esto sazonado con la posibilidad de que Grecia abandone
el euro, con todo lo que eso podría suponer para la “estabilidad” de la Unión.
Aunque sea complicado me niego a pensar que no exista una
salida a esta situación. Sin embargo, para ello debemos entender que la
socialdemocracia no puede continuar sosteniendo la idea de recortar mientras se
inyecta liquidez.
“En toda
la UE hay 84 millones de pobres. Un 10,7% de ese total están en España. En mayo
del año 2009, la Comisión Europea (CE) señaló durante el Encuentro Anual
Europeo de Personas en Situación de Pobreza que los 27 estados miembros
sumaban, en ese momento, 78 millones de personas viviendo en la penuria”. (Público, 22-2-2012)
La línea límite donde el camino se quedaba con una sola
posibilidad ha llegado a su final: ahora nos toca elegir entre austeridad y
estímulos.
El 22% de los hogares españoles vive por debajo del umbral de
la pobreza. “En España hay más de 11,5
millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, un problema que
desde el comienzo de la crisis económica ha cogido fuerza”. (Público, 22-2-2012) El momento de los
híbridos pasó.
Estimados compañeros, bajo este sistema de austeridad auto
impuesta por el sector financiero y fielmente salvaguardada por Alemania, “las economías no competitivas se quedan con
una «devaluación interna» también conocida como reducción de los salarios y el
desempleo masivo. Es cierto que países como Grecia tienen gran necesidad de
reformas económicas. Sin embargo, estas reformas, llevadas a cabo dentro de la
camisa de fuerza de la unión monetaria con Alemania están causando disturbios
políticos y económicos”. (Financial
Times, 21-5-2012, noticia)
El verdadero problema, no es tanto el económico como el
político. Europa no tiene una unión política y por lo tanto esto supone un
escollo insalvable. Muchos opinan que es imposible puesto que no existe la
posibilidad de que los pueblos cedan sus soberanías a Bruselas poniendo el
ejemplo de la resistencia del pueblo griego.
El inconveniente, el ejemplo heleno es fiel reflejo de ello,
reside en como se hace esta cesión de soberanía. Si se hace de forma anti
democrática es obvio que fracasará.
Es decir, si alguien no elegido por los ciudadanos europeos
–los miembros de la Comisión Europea- sustituyen a un primer ministro elegido
por los ciudadanos griegos (Papandreu) cuando éste planteaba realizar una
acción democrática (referéndum), por otro no elegido en las urnas y ex miembro
de uno de los bancos involucrados en el falseo de las cuentas griegas
(Papademos y Goldman Sachs), el resultado es nefasto. Y, por tanto, la
resistencia del pueblo heleno a la cesión de soberanía es total.
Generar un verdadero Espacio Europeo solo puede surgir de
procesos verdaderamente democráticos. ¿Si los ciudadanos no construimos la
Unión Europa cómo es posible hacer recaer sobre nuestras espaldas la
responsabilidad de su continuidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario