jueves, 10 de mayo de 2012

Mi réplica a Basagoiti

La ruptura del acuerdo existente en Euskadi entre el PSE-EE y el PP me parece una buena noticia, especialmente para el Lehendakari, que en el desempeño de su función gana en centralidad y autonomía. No obstante, las justificaciones aportadas por el presidente del PP vasco, Basagoiti, me llevan a plantear algunas consideraciones aclaratorias de la realidad vasca :

1a. En un momento particularmente delicado de la crisis, que provoca en Euskadi un 12 % de paro, resulta  imprescindible la gestión continuada por el Lehendakari y su Gobierno del Presupuesto aprobado para 2012. Aplicar las medidas previstas en materia de empleo, conceder ayudas a las empresas para dar un impulso a la economía vasca y preservar los derechos sociales de la ciudadanía ante los recortes pretendidos por el PP, son tareas prioritarias. La convocatoria repentina de elecciones para julio (?) como exigen el PNV y Amaiur, supondría un evidente perjuicio en las dinámicas de aplicación de las medidas presupuestarias durante meses. Algo muy lesivo para este país.

2a. El Lehendakari Patxi Lopez argumenta, con razón, que esta legislatura está legitimada  para aprobar con acuerdos muy amplios y transversales la Ley de Cajas y la Ley Municipal, los criterios para la reforma fiscal, avanzar en los trabajos y objetivos de la Ponencia Parlamentaria sobre la Convivencia y lograr que el Gobierno de Rajoy dė continuidad al proceso de paz. Me parece una aspiración que no tiene por qué verse trastocada por el final de la entente con el PP; aunque, eso si, con el complemento de la  iniciativa ética que apunto al final.

3a. El análisis del PP de entender agotado el acuerdo de legislatura, valorando los logros alcanzados en materia de deslegitimación del terrorismo, normalización social y final del terrorismo, así como el freno a las dinámicas soberanistas de Ibarretxe que tanto tensionaban a la sociedad vasca, obedece a una realidad que ya formulé tras los acontecimientos del 20-O. Pero es que, además, las consecuencias derivadas de las elecciones generales del 20-N han venido provocando desavenencias insoportables. Por tanto, me reafirmo en que era absurdo pretender mantener artificialmente un acuerdo convertido en papel mojado a la vista del nivel de discrepancias que se elevaba cada día en respuesta a las políticas de Rajoy. Ahora bien, discrepo rotundamente de las razones esgrimidas por Basagoiti y que acoto a continuación.

4a. El PP alega "falta de firmeza del Lehendakari frente al mundo abertzale" para justificar la ruptura del acuerdo. Acusación falsa y gratuita. Otra cosa es que desde el 20-O, y tras el comunicado de ETA, no haya habido sintonía entre las posiciones de Patxi López y las de Rajoy-Basagoiti al apostar el PP por la paralización del proceso de paz para tomarse un tiempo y distanciarse de su anterior discurso. Es evidente que esta justificación obedece a necesidades internas del PP, regalando una descalificación sobre el  Lehendakari a los sectores más inmovilistas del PP -y entornos- en materia de pacificación, contrarios a la búsqueda de vías para hacer efectiva, con garantías, la disolución de ETA.

5a. Es cierto que, desde el principio, el acuerdo nos ha resultado a muchos socialistas vascos difícil de sobrellevar. Y lo que para mi suponía una cuestión de coherencia política, me refiero a la necesidad de poner punto final a un "acuerdo excepcional" y para una situación que ha cambiado, en el caso de Basagoiti lo interpreto como un gesto de simple  subordinación a la estrategia de recortes del PP y de Rajoy. Hay políticos que entienden que lo prioritario es la defensa del discurso único y las conveniencias del Partido de turno por encima de los intereses generales de la ciudadanía a la que representamos. Basagoiti ha caído, además, en el desprecio y la deslealtad al comparar al Lehendakari con Homer Simpson o al acusarle de "tomar una deriva nacionalista y hacer oposición a Rajoy en lugar de gobernar Euskadi". Acusaciones falsas y mal intencionadas.

6a. Por último, pero no menos importante, en este debate las cuestiones de ética política y de legitimidad democrática han de ser tenidas muy en cuenta. Por ello, considero que el Lehendakari Patxi López acertaría si en el marco del debate anual de septiembre sobre política general en Euskadi, siempre a la vista de los resultados del mismo y de las opiniones mayoritarias expuestas, presentara al Parlamento una cuestión de confianza para continuar hasta agotar la legislatura. Y en caso de perder la votación para proceder a la convocatoria anticipada de elecciones en noviembre.


Escrito por Odón Elorza: odonelorzag@gmail.com

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